miércoles, 22 de abril de 2009

Ausencia

Y, de repente, todo se convirtió en una ficción, en la que vivimos comemos reímos y lloramos todos. No todos, casi todos. Y en lo que comemos y dormimos y reímos y lloramos casi todos, sentimos ese casi muy dentro nuestro: nos hizo un agujero imposible de llenar, de obviar.
Y nos damos cuenta de que no es una ficción, por más que parezca.